Crónicas 2012


EL DESTIERRO CANTADO - CAMPAÑA DE 2012
Tercer año de destierro de los amigo de la "ASOCIACIÓN CIDIANA TIERRA DE PINARES"

Día 1- 23 agosto, jueves. Quintanar de la Sierra, Daroca, Luco de Jiloca- Calamocha
 



¡Ay, mi señor Ruy Díaz, con cuánto calorcico hemos comenzado la campaña del 2012!
Y, menos mal que hemos llegado a tierras del Jiloca, en territorio de los Beni Racín, a salvo ya, de las asechanzas de don Alfonso VI, que os la tiene guardada.

La mesnada salió de mañana de los cuarteles de descanso, allá por Quintanar de la Sierra, en tierras de Burgos, a doscientos kilómetros, de aquí, custodiados por la Asociación Cidiana “Tierra de Pinares” durante todo el invierno.

 Tristemente no estábamos todos vuestro leales: Goyita Arcos nos ha dejado definitivamente para buscaros en el más allá donde no existe el tiempo; otros, muy vivos, se han pasado a don Alfonso;  hay quienes han recurrido a la infantería, mucho más barata de sostener que la caballería en esta época de crisis. Porque la crisis sigue, mío Cid, y muy peliaguda, lo mismo en tierra de moros que de cristianos. Tal vez a ello se deba el que haya  aparecido  un desertor llamado Bacanalí ben Bufat, moro converso, que asegura os sirvió de guía por vuestras correrías en el reino de Valencia que es en quien dice haberse reencarnado el amigo Batisté. También se ha incorporado a vuestras filas, Blanca, una señora de Las Palmas, ciudad de Gran Canaria, isla en medio de la mar Tenebrosa y que en vuestro siglo  estaba aun por descubrir.
A eso de media mañana llegamos a Calatayud donde tomamos un refrigerio y charlamos un ratito con un tal Marcial, que hablaba en verso y en latín: posiblemente vos os hubierais entendido con él mejor que nosotros que ya ahora no utilizamos  el latín como segunda lengua. Nos despidió deseándonos los mejores augurios.
Y eso que no estaba al corriente de que hoy mismo – según los astrólogos- ingresa Marte en el signo de Escorpio, lo que nos inclina irremediablemente hacia la guerra. No quiero pensar lo que puede ocurrir este año.

Comimos en Daroca -desde donde os escribo- con cubiertos de plástico, que vos hubierais rechazado por viles, impropios de caballeros que lo hacíais con la misma mano con la que levantabais la Tizona de acero pulido.

En autobús pasamos sin casi detenernos por Burbáguena que luce hermosa torre neomudéjar que ya nos está alargando los dientes sobre los monumentos que nos esperan. Comenzó el paseo en un lugar llamado Luco de Jiloca, a unos ocho Km. de Calamocha, aprovechando el frescor de la tarde para calentar las marchas venideras. 

Era el atardecer y  la brisa del río, los frutales silvestres y las moras del camino que serpenteaba por la orilla han servido para que los desterrados comiencen su recorrido con entusiasmo. Algunos han venido llenos de picaduras de los mosquitos. ¿Se referirían los astrólogos a la lucha titánica contra los insectos?

No sé, mi don Rodrigo.

Ya os lo iré contando según suceda.
 Mencía, la Juglaresa

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  Día  2 - 24 Agosto, viernes, Calamocha-Monreal del Campo:18´6 km.



No está bien, mío Cid, que los castillos donde se cobijan las doncellas desterradas, tengan alcaides incapaces de una delicadeza con ellas.

Sin ir más lejos, anoche, en Daroca, el que gobernaba el nuestro, se empeñó en mantener las antorchas encendidas para que lucieran las almenas, colocadas mismamente encima de nuestras ventanas. Y eran antorchas de muchísimos watios con lo que, o bien nos deslumbraban o, si cerrábamos los portones, nos asfixiábamos de la  calor.

Optamos por una solución intermedia y no quiero entrar en detalles de cómo hubimos de despojarnos de nuestras vestiduras, pese a ser todas muchachas honestas, para que no se os vaya la imaginación y ofendáis a nuestra doña Jimena ni siquiera  de pensamiento.

Así que nos encontró el alba bien despiertas cuando salimos en autobús camino del puente romano de Calamocha, que era el lugar adonde dejamos ayer la jornada.

De Calamocha llegamos, también por el camino paralelo al Jiloca, donde hoy no presentaron batalla los mosquitos, que son más bien vespertinos, hasta uno de vuestros lugares preferidos: El Poyo del Cid, convertido por vos en centro de operaciones en 1089 y donde con siete mil hombres, en una campaña de quince semanas derrotasteis en Tévar al Conde de Barcelona, que tuvo que traspasaros, humillado, su espada Colada, que tantas satisfacciones os proporcionó después en múltiples aventuras.

En Poyo os han levantado un monumento glorioso que, según vuestro alférez don Pedro Gil, que asegura haberos conocido en persona, hace honor exacto a vuestra figura.

La mesnada, después de la foto con vos, su patrón, se aproximó a Caminreal a degustar el bocata que el inefable Lucio tenía preparado con jamón de la tierra, donado por doña Araceli. Tierra que, bien es cierto que, a veces, proclama su industria en los olores agropecuarios que esparce el viento.

Después de yantar, la expedición se dividió en dos grupos: el de los incombustibles del kilómetro campestre y los urbanos, que decidimos llegar en el autobús hasta Monreal del Campo, lugar precioso a 939 m. de altura, que nos sorprendió con un magnífico Museo del Azafrán,-el mejor del mundo, dicen- del que apenas conocíamos poco más que sus aplicaciones culinarias y su precio, que cotiza en bolsa. Hoy anda por los 1800 € el kilo.

Reunidos los dos grupos comprobamos con estupor que, uno de vuestros más leales caballeros, don Ernesto, había sufrido un accidente y llegaba malherido de la expedición. Ha necesitado de magos que le han aplicado ungüentos para aliviar sus dolores producidos por una caída singular en la batalla. Me temo que no podrá blandir no ya espada de acero toledano sino un vulgar chuchillo de plástico para cortar melón.

De Monreal, y también en autobús, aterrizamos en Teruel, que apenas hemos descubierto. Aquí viviremos en resto del viaje, en una residencia de estudiantes llamada “Santa Emerenciana” puesta a disposición de la Asociación Cidiana “Tierra de Pinares” por el Gobierno de Aragón, que tantas simpatías os tuvo siempre.

Mañana desfilaremos en Cella, haciéndoos honores.
 Mencía, la Juglaresa.

Aquel poyo, en el priso posada;  
Mientra que sea el pueblo de moros y de la gente cristiana,
El Poyo de mio Çid asi le diran por carta.
Estando alli, mucha tierra preaba.
El de rio Martin todo lo metio en paria. (900)

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Día 3- 25 Agosto, sábado,  Albarracín-Cella 25 km.

“Allá por Santa Mª”, id vosotros a pasar
                           Cabalgad con cien jinetes dispuestos para luchar (v. 1461-62).




Todavía era de noche cuando nos levantamos esta mañana para atacar los Montes Universales saliendo de Albarracín, mi don Rodrigo. Pero íbamos contentos, que el día se lo merecía y aprovechamos para terminar en el autobús el sueño interrumpido. Se nos han incorporado los desterrados a tiempo parcial: los que vienen los fines de semana.

Los caminantes salieron prestos mientras el sol aparecía tras las murallas y el grupo de logística- hoy incrementado con el caballero Ernesto, lesionado ayer en batalla- nos dirigimos a Gea de Albarracín a comprar municiones para el almuerzo.

A medida que íbamos avanzando, rodeados del mayor silencio, nos percatamos de que estaban en fiestas patronales, con vaquillas incluidas, a juzgar por la cantidad de portones de verja que cerraban calles para que los toros no se desmadraran cambiando el itinerario que les llevaría a la plaza,  Ignorábamos que en este pueblo serrano se  celebra a san Bernardo, su patrono y que, a esas horas dormía felizmente.

 Paseábamos felices, en medio de la calle escuchando el canto de los gallos hasta que tropezamos con una casa rural, que abría a las nueve y donde nos sellaron los salvoconductos, sin los cuales no osaríamos avanzar por estos territorios.

En un recodo del camino, justamente enfrente del centro de Interpretación del Acueducto, decidimos almorzar. Salió, entonces un aragonés fornido que comenzó diciendo que aquello era una propiedad privada, pero que, en cuanto le explicamos quiénes éramos, no solamente nos cedió la sombra de su melocotonero sino que nos colocó mesas y nos regaló los mejores tomates de su huerto. Buendía se llama. No Aureliano sino Paco.

 Paco es el herrero de Gea de Albarracín y como todos los aragoneses de pro tiene un pronto un tanto brusco pero que se convierte enseguida  en amabilidad contagiosa.

Lo mismo nos ocurrió con Concha, la encargada de la oficina de Turismo de Cella, que se puso un poco puntillosa a causa de los salvoconductos, pero luego nos atendió encantadora. Concha nos acompañó en el desfile que hizo la mesnada hasta el monumento que el pueblo os dedica con los versos que aparecen el en Cantar y se encargó de que lo hiciéramos con música.  Allí os rendimos armas en medio del sol agostador.

Cella es un lugar del que no os podéis haber olvidado: desde allí hicisteis una llamada a cuántos quisieren hacer fortuna, tanto militar como económica, en la conquista de Valencia.

A quien quiera ir conmigo a cercar a Valencia

todos vengan de su grado, a nadie se le apremia,

tres dí­­as les esperaré en el Canal de Cella.

(Versos 1192 y ss. CMC)

Pero en Cella hoy  no sois el personaje más importante. Un caballero de vuestra tropa, Hernando, conde de Abuan, os ha eclipsado porque luchó contra Melek, el hijo de Abú Meruan por el amor de Zaida y se hacen fiestas en su honor.

 Ambos debían solucionar el problema del agua de la zona: uno lo hizo a través del acueducto, el otro del artesiano. Ya sabéis, mi señor, que en cuestión de leyendas, mil años arriba o abajo no van a ningún sitio y si hay que juntar romanos con moros, pues bendita sea.

Este año, con la sequía que tenemos, no veo yo que ningún caballero de la mesnada esté lo suficientemente  macizo y joven como requería el empeño. Tampoco les veo enamorando a ninguna Zaida quinceañera, dicho sea con todo mi cariño, mi señor.

 Vuestra.
 Mencía, la Juglaresa.
[865] τ   No teme guerra, sabed, a nulla parte.
  Metio en paria a Doroca enantes,
 Desi a Molina, que es del otra parte,
 La terçera Teruel, que estaba delante,
 En su mano tenie a Çelfa la de Canal.     
 [870] τ   ¡Mio Çid Ruy Diaz de Dios haya su graçia !

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Día 4 - 26 Agosto, domingo, Cella- Teruel:22 km.

[805] τ   En la su quinta al Çid caen çien caballos,
¡Dios, que bien pago a todos sus vasallos,
 A los peones y a los encabalgados !
 Bien lo aguisa el que en buen hora nasco,
 Quantos el trae todos son pagados.




¿Con qué canciones enardecíais a vuestras tropas y con qué instrumentos, además de chirimías y atabales acompañabais vuestra campañas, mío Cid?.

 Mucho me temo que “el porrompompero”, “Asturias, patria querida” y “la Melitona” no darían demasiada marcha a la mesnada, cansada bajo la cota de malla y con las lanzas en ristre.

 Los juglares sí que cantaríamos con toscos rabeles, al atardecer, después de la frugal cena, canciones de amor para consolar a los soldados que habían dejado en la aldea, llorando, a su joven amante. Como la de la princesa Zaida, de Cella, muerta de pena cuando Abú Meruan le mató a  su don Hernando.

 Pues hoy, que se han recorrido los caminos que llevan desde Cella hasta Concud, la tropa se ha apropiado del repertorio de música folclórica en toda su amplitud y ha marchado, tan contenta; como que el caminar no fuera con ella, cantando a pleno pulmón. Menos mal que no se han atrevido con las jotas aragonesas, por lo que pudiera pasar.

Esto indica que hay muy buen rollo entre todos los miembros de la mesnada, mi señor, incluidos los caballeros, que hoy se han unido a los peones.

 Es que la marcha está muy bien organizada por esta Asociación Cidiana de Quintanar de la Sierra, que cuenta con excelentes estrategas del monte como  Villegas y Bartolomé, que se las saben todas porque se han pateado palmo a palmo la ruta que vos seguisteis para no encontrar sorpresas desagradables.

Así llegaron a Caudé, a mitad de camino, donde servidora esperaba con el equipo de intendencia para aliviar la fatiga, y me pareció tan hermoso lo de andar cantado, que me alisté con la infantería en el segundo tramo, que era liso y sin problemas para mis rodillas. Cantando cubrimos la etapa paralela a la vía de tren y a la chopera del río Guadalaviar, sin tener en cuenta que, en cualquier recodo nos podría haber salido una avanzada de almorávides y darnos un susto. Pero no salieron. Les debió espantar tanto entusiasmo.

Por la tarde hemos visitado Albarracín con la guía Cristina, que ha puesto todo su saber  y su fuerza en darnos una explicación de la ciudad en el tiempo y en el  espacio.

¿Y qué os voy a contar yo, mi don Rodrigo, de Albarracín que vos no sepáis? En vuestra época era un reino moro de taifas muy considerado.

 A mí me van mucho los reinos de taifas: cuantos más había, más posibilidades tenías de nacer princesa. Y eso siempre es agradable. Ahora, que se están  recuperando las taifas, ya no se llaman reinos sino autonomías. Pero tienes muchísimas posibilidades de ser presidente, que también tiene mucho glamour y no se necesita sangre azul ni zarandajas de ese estilo. Basta con que te elijan.

Como que  me estoy pensando lo de presentarme en las próximas elecciones.

¿Ya votarán a una humilde juglaresa, mi señor? ¿A vos, Ruy Díaz, qué os parece?
 Mencía

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Día  5 - 27 Agosto, lunes, Teruel-Puebla de Valverde:28 km. BUS y andando.

A mio Çid don Rodrigo gran cozina le adobaban.
El conde don Remon no se lo preçia nada,


Comprobad, Ruy Díaz, que vos fuisteis abriendo senderos por toda España y luego, vuestros sucesores se aprovecharon de ellos para otros menesteres no menos dignos que ganar reinos para el rey.

 Mismamente éste camino que recorristeis por tierras de Teruel con vuestros soldados, se aprovechó a principios del siglo XX para construir una línea de ferrocarril entre Santander y Valencia.

 El ferrocarril es un invento muy posterior a vos y, que consiste en transportar vagones  con mercancías o personas por medio de un puchero enorme con agua hirviendo -dicho en términos que vos podáis entender-, que no tiene nada de brujería ni de milagroso: pura tecnología, mi señor

 Pues el tal ferrocarril inconcluso es ahora vía verde, que es como se llaman ciertas rutas encantadoras pensadas para que el ciudadano ocioso pasee apaciblemente.

Porque en este  país, no siempre se termina todo lo que se empieza. Cosa muy mal hecha, es cierto. Nada que ver con vuestro espíritu indomable.

Es que ya no se tiene el empeño de dar en las narices al rey soberano demostrándole que somos tan valientes como él  y que vamos a conquistar Valencia porque sí. Abandonamos las obras porque no habíamos hecho bien las cuentas y , o bien no eran operativas o salían demasiado caras… o las dos cosas.

Ahora mismo tenemos mogollón de construcciones en toda España que nos han costado un ojo de la cara y que se quedarán en parques infantiles, en el mejor de los casos.

Gracias a esta condición de vía verde del camino,  me alisté esta mañana al alba, en la avanzadilla de infantería.

Y cómo me alegro, mi señor.

 Durante un buen rato me acompañó Josele, el de Quintanar, que me dio una lección magistral acerca de las clases de pinos, y sus características, mientras los cruzábamos . Yo iba  calladita: escuchando mientras miraba y olía. Da gusto tener estos compañeros de viaje.

Pero, me he dado cuenta de que los kilómetros que nos ofertan Bartolomé y Villegas están trucados: hablaron de ocho y salieron trece. Aunque se les perdona la trampa por la delicia del paseo. Así que, en el segundo tramo, después del puerto de Escandón, decidí seguir por la vía rápida - autobús- en vez de la vía verde.

Hoy hemos tenido celebración: Conchi Castro cumple años. En vuestro ejército siempre se ha comido y bebido bien  haciendo de estas acciones cotidianas motivo de festejo

 Por eso pienso en  el Conde de Barcelona, que, cabreadísimo después de  caer prisionero  en la batalla de Tévar hizo la primera huelga de hambre de la que hablan las crónicas.
  
τ    El no lo quiere comer, a todos los sosañaba. ⁿ
No combre un bocado por qua
to ha en toda
España,
 Antes perdere el c
erpo y dexare el alma,
 Pues que tales malcalçados me vençieron de batalla.
 Mio Çid Ruy Diaz odredes los que dixo. ⁿ      
 τ    Comed, conde, d’este pan y bebed d’este vino,
 Si l
 que digo fizi
redes, saldredes de cativo,
Si no, en todos vuestros dias no veredes cristianismo.

Y vos le hicisteis entrar en razón, aunque os costó lo vuestro, a juzgar por el Cantar.
De esta manera, don Ramón Berenguer sentó precedente en huelgas de hambre, tan de moda en la actualidad. Terminó comiendo.

 Le hemos regalado a Conchi una medallita de santa Emerenciana para que recuerde este momento.

Supongo que, como cuando vos pasasteis por Teruel, como era tierra mora, todavía no había aterrizado por aquí la santa en cuestión, que hoy es la patrona de la ciudad.

 Santa Emerenciana, virgen y mártir, figura en multitud de lugares, entre ellos, el  centro que habita la mesnada. Pero me da que no le colocan ese nombre- sin duda glorioso- a ninguna nena nativa.

Aunque, vete a saber, que en cuestión de modas ocurren cosas muy extrañas.

¿A que vos, que pusisteis nombres tan bonitos a vuestras hijas –Cristina/Sol y María/Elvira, no lo hubierais hecho?

…Con lo espabilada que era mi doña Jimena…
 ¡Anda, ya!
 Mencía la Juglaresa
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Día 6º - 28 Agosto 2012 martes, Puebla de Valverde-Mora de Rubielos:25km.

Puso tributo a Daroca antes,
luego a Molina,
que está por la otra parte,
la tercera a Teruel, que está más adelante
(Versos 866 y ss. CMC)


Hasta ahora no me había percatado yo, mi don Rodrigo, de la importancia que tiene los servicios secundarios en estos asuntos de las conquistas: la intendencia, de la que hemos escrito en otras ocasiones;  la medicina, de la que se ocupa la maga Pili, y que hace emplastos a los soldados que se hieren trepando por las higueras del camino; la avanzadilla que otea los recodos, que corre a cargo de Santi, sobre su bicicleta, mucho más operativa que el caballo; y ,sobre todo, el servicio de inteligencia.

 Aquí, el único espía oficial es el moro Banacalí Ben Bufat, aunque, me temo mi señor- y esto que no lo sepa nadie- que hace a los dos bandos; que no me fío y no me extrañaría nada que fuera con el cuento de vuestra estrategia al rey de Valencia. Sois demasiado confiado con él y cualquier día os la juega. Tened cuidado con los conversos.

 Hoy me ha tocado sellar los salvoconductos en varios lugares,  junto con Jacinto, y me he sentido muy identificada con vuestras glorias cuando, en cada puesto de guardia, nos han recibido con los homenajes que se merecen vuestros emisarios.

Aunque no entraba en el itinerario de hoy, como figura en el documento, pasamos por Iglesuela del Cid

¿Y a que no sabéis quién nos esperaba allí?

¡Pues vuestra Virgen, la Virgen del Cid!. La misma que llevasteis en las campañas y a la que os acogíais antes de entrar en liza.

 Como que nos hubiera conocido, mi don Rodrigo. Creo que hasta se puso contenta al vernos. Nos contó su historia Mari, la guardadora del sello, que nos dio recuerdos para vos.

También fichamos en Rubielos de Mora y en Mora de Rubielos.

 Qué lugares tan bellos, tanto en los poblados con palacios en cada esquina, como    árboles en el campo que huele a enebro y por donde triscan los corzos.

 Mientras tanto, la tropa se daba una difícil caminata de 25 Km. desde la Puebla de Valverde hasta Mora de Rubielos. Vinieron muy cansados y Paquita se puso mala y todo de la dureza de la marcha.

Por la tarde hemos estado visitando la ciudad de Teruel, ciudad a la que cobrasteis parias, si recordáis.

Es tan chiquito Teruel que no me extraña que sus habitantes quieran reafirmar su existencia.

Pues yo la dudo, Ruy Díaz: es tan mágico Teruel, tan apacible, tan acogedor que parece como si se escapara de la realidad para entrar en el campo de los sueños.  ¿O existirá en el tiempo y en el espacio, como dicen sus habitantes?

Aquí se podría  venir una a vivir muy feliz el resto de sus días.

Hemos recorrido la ciudad con Cristina, la guía que nos enseñó Albarracín y que se le escapa la patria chica por todos sus poros. No tengo muy claro si se decanta por moros o cristianos; incluso por los judíos, pudiera ser. Sangre de todos  ellos llevará, que de eso no nos libramos nadie en España.

Además de hablar del torico y su milagrosa relación con los orígenes de la ciudad, de los mudéjares y su arquitectura, nos contó- cómo no- , la historia de los Amantes, Isabel de Segura y Diego de Marcilla, que murieron de amor.

 Digo yo, mi señor, que qué queredores son por estas tierras aragonesas, ¿No?

Porque también hay otra aventura semejante en la historia  de la fuente de Cella, y muchas más.

Tozudas que son también para querer estas gentes. Luego que no nos vengan con eso de los tópicos.

 A las pruebas me remito.
 Mencía, la Juglaresa

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Día 7º - 29 Agosto, miércolesMora de Rubielos-Rubielos de Mora:16´7 km.

Grandes son los poderes y apriessa se van llegando,
Gentes se le allegan grandes entre moros y cristianos,
Adeliñan tras mio Çid el bueno de Bivar,


¿A que no sospecháis, mi señor Ruy Díaz, a lo que se ha dedicado la cabeza de  la mesnada mientras hacía tiempo para que llegaran los más rezagados?

A coger moras, naturalmente, que están a la altura de la mano  ahora que correteamos por tierras del Gúdar entre  Mora de Rubielos, de donde salieron, y Rubielos de Mora, adonde llegaron y en cuyos sitios se contemplan las más hermosas forjas de hierro en los balcones y ventanas  de todo Aragón (Se conoce que por aquí se lleva mucho ese juego de palabras como lo de Ramón Berenguer y Berenguer Ramón, que tan bien conocisteis).

Las moras no estaban tan protegidas como las trufas, el oro negro de esta comarca, que se esconden a la sombra de las encinas y que producen pingües beneficios a sus dueños. Tampoco lo hubiera permitido la Guardia Civil, naturalmente, que acompañó  a los caminantes durante el trayecto que se hizo por carretera, para que no ocurriera ningún mal a nadie.

Después del descanso en Fuente del Hocino, también cayeron algunas ciruelas, creo, además de moras.

Digo lo de “creo” porque, como hoy no tenía servicio de sellada, me he permitido explorar Teruel a mi aire y al de algunos otros desterrados, que queríamos estudiar el terreno, por si os interesa conocer de buena mano cómo andan por aquí las cosas, a fin de que toméis vuestras decisiones estratégicas.

Quería comprobar, in situ, si estaban o no las momias de los amantes en sus sepulcros. Os puede parecer un poco morboso, pero es que no las tenía todas conmigo: como se mezclan en  la leyenda, la historia y la literatura las Isabeles con las Julietas , andaba un poco dubitativa y fui con Pili Sevilla, que también es una lanzada.

Allí estaban ellos, mi señor, acercándose las manos sin tocarse siquiera, según versión de Juan de Ávalos.
Eso en el mármol del sepulcro… Pero es que las tumbas tienen un calado mudéjar en los laterales desde el que se traslucen las momias de los cuitados. En la pared aparecen documentos que acreditan la veracidad del hecho.

 Y ante esto: punto en boca,
 No sé si debía haber ido a verlos. ¡Mira que si se me aparecen esta noche! Que es muy fuerte eso de ver una momia de alguien que se murió por amor, mi don Rodrigo.

 Por la tarde la mesnada entera nos hemos dado un paseo en el tren  ”Chun-chun” que hace un recorrido turístico por toda la ciudad. Son como niños, mi señor. Cómo han disfrutado.

 Os voy a hacer una confidencia, mío Cid: en el viaje en el trenecito me he percatado de que uno de vuestros infantes no se lava. No es que no se hubiera duchado hoy, después de los 17 Km. Es que no se ha lavado desde el siglo XI, mismamente desde que viajaba con vos por estos caminos. Mientras el resto de la tropa íbamos tan limpitos y tan guapos, el guarro de él no nos dejaba disfrutar del paseo, pese a los chistes que se iban diciendo, por culpa del tufo que emitía.

Y eso es muy feo, mi señor. Y muy cochino.

Me pregunto si, con tantas relaciones que teníais con los moros, de por sí dados a los baños y a los perfumes, vuestros varoniles soldados no aprendieron un poco de higiene.

Porque supongo, mi señor don Rodrigo, que vos sí os lavaríais. Al menos por Pascua Florida.

Espero.
Mencía la Juglaresa


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EL DESTIERRO CANTADO – CAMPAÑA 2012
Tercer año de destierro de los amigo de la "ASOCIACIÓN CIDIANA TIERRA DE PINARES"
   
Día 8º- 30 Agosto, jueves, Caudiel-Altura: 17´8 km.

[1090]    Contra la mar salada compeço de guerrear,
  A oriente exe el sol y tornose a esa parte.
  Mio Çid gano a Xerica y a Onda y Almenar,
  Tierras de Borriana todas conquistas las ha.     
  Ayudole el Criador, el señor que es en çielo;








Con vos hemos llegado, mío Cid, hasta Jérica.

Realmente he sido yo la que he llegado  porque el resto de la mesnada ha terminado en Altura.  Hemos pasado de Aragón hasta el reino de Valencia.

 En el Ayuntamiento de Jérica o Xérica- que no se ponen de acuerdo en su ortografía la  Junta y el Municipio, a lo que parece- estuve sellando salvoconductos con Lucio y tomándonos un cafecito. También vos lo tomaríais con vuestros amigos musulmanes después de cerrar un trato, digo.

 El número de los desterrados que terminan todo el recorrido a pie cada vez es más pequeño; ya se va notando el cansancio a medida que avanzan los días. También se nota que algunas personas han dejado el destierro para volver a sus casas después de acompañarnos hasta ahora. Y se siente. Que ya nos hemos hecho los unos a los otros y nos llevamos muy bien.

Me decidí caminar porque también se hacía la ruta por la vía verde del tren –hoy con túneles largos- y me armé de paraguas, chaqueta y calcetines ya que habían pronosticado lluvias. Puede que lleguen, y benditas sean, que en esta tierra llueve muy poco.

Cómo será  esta tierra de fértil, mi señor, que, pese a la poca agua que recibe del cielo - bien es verdad que tiene sus acequias de regadío que construyeron los moros-  es tan agradecida que sus higueras nos obsequiaban con higos que se caían a nuestro paso para que los recogiéramos sin alargar la mano y  las zarzas del camino ofrecían moras enormes, como si esto fuera la tierra de promisión. Para vos, que procedíais de la austera y mísera Castilla lo fue y no me extraña que no pararais hasta haceros con ella.

¿Cómo veríais estos vergeles con ojos castellanos acostumbrados a los inmensos campos de trigo sin un árbol bajo el que cobijarse? ¿Y cómo los verían vuestros soldados acostumbrados al único verde de la orilla de los ríos?

La mesnada de ahora está mucho más viajada que la de entonces y tiene televisión sabe de estas  diferencias geográficas, por lo que no ha asaltado, como en vuestras algaradas, los huertos enemigos para arramplar con las almendras o los membrillos, que todavía están verdes.

En la comida, pese a que no abunda el vino, y el pan juega al escondite apareciendo justamente cuando no hace falta y echándosele de menos a la hora de untar las salsas, hemos hecho una sesión de “cantoterapia”, promovida por Jacinto, que libera muchas adrenalinas.

Qué bien lo hemos pasado.

Por la tarde hemos visitado la catedral, y me he quedado desbabadita al contemplar tantas pinturas románicas y tan hermosas en  un contexto mudéjar.

Comenzando por el tándem don Pedro/doña Araceli creo que los varones y las mujeres de la mesnada estamos al cincuenta por ciento. Y eso que en esta leva no se ha tenido en cuenta lo la cuota femenina sino que ha ocurrido porque sí, como tiene que ser.

 Estoy segura de que lo de la cuota femenina es una argucia de los varones- me refiero a los varones en bloque, no particularmente, que hay de todo-  que, al ver cómo les estábamos comiendo la tajada las mujeres, pensaron quedar como reyes inventando lo de la cuota.

Pero una, que es maliciosa, les ha visto el plumero: lo que quieren es guardar su cincuenta por ciento para cuando ellos estén en minoría en los puestos importantes.

Al tiempo, mi don Rodrigo.
Mencía, la Juglaresa

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Día 9º - 31 Agosto, 2012, viernes, Altura- Torres Torres:22km.

[1120]     Si en estas tierras quisieremos durar, 
  Firmemiente son estos a escarmentar; 
  Pase la noche y venga la mañana,       
  Aparejados me sed a caballos y armas, 
  Ire os ver aquella su almofalla,
  Como homnes exidos de tierra estraña;


Como muxeres exidas en tierra extraña nos hemos sentido las doncellas de la mesnada esta mañana, mi don Rodrigo.

Algunas de nosotras no hemos podido salir a caminar y nos hemos quedado en el castillo  de santa Emerenciana durmiendo un ratito más. Después hemos ido a desayunar a un mesón local donde nos ha servido una  muchacha mudéjar  y actual, preciosa, procedente de Argelia, que se llama Laila. Vive aquí, con otros cinco hermanos, algunos de ellos casados con cristianas como en los tiempos gloriosos cuando los alarifes construían las torres rojizas a base de ladrillo y azulejo. 

La historia se repite, mío Cid.
Como volviéramos a la fortaleza para proveernos de más ropa -porque han comenzado los fríos, según aseguran- nos dejaron encerradas en la torre y nosotras, aunque bien quisimos echar la trenzas por la ventana por ver si algún doncel acudía a rescatarnos, y recorrimos las almenas buscando una trampilla por la que escapar, hubimos  de esperar pacientemente hasta que el alcaide del castillo tornara de tomarse un café en grata y prolongada conversación, que a las doncellas encerradas nos pareció larguísima. Luego paseamos por Teruel haciendo parada en los hermosos edificios modernistas, más interesantes aun por hallarlos en esta ciudad que parecía dormida pero que ya existía, y espléndida, a principios del siglo XX

Casi ha sido una suerte esta clausura porque, por lo que nos han contado, la jornada de la tropa ha sucedido como en los tiempos más feroces de vuestras correrías.

¿Veis que ayer os comentaba que ahora la soldadesca era mucho más comedida que en el siglo XI ? Me retracto, mío Cid. Lo de esta mañana ha debido ser mucho peor que una vulgar algarada: una razia manifiesta.

Hoy la mesnada debía estar alterada porque era, prácticamente, el último día de conquista  ya que mañana vuelve a sus cuarteles. Así que comenzó llamando fementido traidor al bueno de Jacinto porque había abandonado el sendero de a pie para hacer sus investigaciones topográficas en bicicleta.

  La bicicleta es un recurso de estos tiempos en los que cuesta tanto mantener animales:  no necesita pienso y resulta bastante más económica que la caballería aunque mucho menos glamuorosa, la verdad. No hay comparación posible entre un caballero como vos, con su cota de malla resplandeciente, lanza en ristre, erguido y orgulloso sobre un caballo bien enjaezado, y un ciclista agachado sobre el volante. Es lo mismo que comer y ver comer, como se dice por Castilla.

En cuanto el regimiento dejó la vía verde del tren y se metió por caminos bordeados de huertas en las que crecían olivos, algarrobos, almendros, caquis, parras y toda suerte de palmeras datileras, como si acabaran de conquistar una fortaleza, entraron a saco y arramplaron con todo lo que les permitían sus manos. Alguna viejecita, dueña del solar, dicen que se asomaba por entre las cortinas temerosa de que la vieran los asaltantes.

 Eso está muy feo, mi señor, y no es digno de vos. Y, encima alardeaban de ello al contarlo.

 Me temo que deberán confesarse  con el obispo don Jerónimo, por lo menos. A no ser que sean herejes.

¿Es que en todas las guerras, aunque sean de mentirijillas tiene que haber  pillaje?
 Me pregunto.
Mencía, la Juglaresa

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Dia10 - 1 de Septiembre,sábado, Torres Torres -Quart de les Valls-Sagunto
              Grandes son las ganançias que mio Çid fechas ha,
[1150]    Prisieron Çebolla y quanto que es hy adelante,
              De pies de caballo los que se pudieron escapar. ⁿ     
              Robaban el campo y piensanse de tornar,      
              Entraban a Murviedro con estas ganançias que traen grandes.    
              Las nuevas de mio Çid, sabed, sonando van,


Ya hemos llegado al mar, mi don Rodrigo.

 ¡Y cómo resplandecía como una franja de plata! Aunque en  Murviedro, hoy Sagunto, no hemos entrado: parece que saldremos de allí en la campaña del verano próximo  dispuestos a ganar Valencia.

Como todas las jornadas de despedida, ésta ha tenido un poco de melancolía que queríamos despistar por el camino comenzado en Torres-Torres.( Qué afición tienen estos valencianos a repetir: me he dado cuenta de que, al despedirse, no dicen adiós,  sino adiós-adiós; como que dieran la marcha por definitiva o no quisieran volver a verte).

Las atalayas de Torres-Torres, que levantasteis para dominar el terreno a vista de pájaro controlaron nuestro último caminar, de unos 6 Km., que nos llevó hasta Quart des Valls. Fue un paseo cómodo, con  una parte más salvaje con higos chumbos, ya maduros -que algunos cuitados quisieron probar y se desgraciaron las manos- y otra mitad rodeada de  naranjales verdes -regados por goteo, que aquí no se desperdicia una sola gota de agua-, con  las naranjas a medio crecer todavía y las hojas resplandecientes y brillantes.

 Desde una loma vimos el mar. Y nos pareció sorprendente haber recorrido tanto territorio y tan diferente en solo diez días. 

Qué bello es caminar, mío Cid, sin más objetivo que disfrutar del camino pero pensando, de paso, que otras personas han hecho ese mismo recorrido no por placer sino por necesidad, dejando para siempre su tierra a la que pueden no volver nunca.

En medio de estas consideraciones, llegamos en autobús a Altura, en Castellón, y enseguida nos arreglamos porque teníamos desfile por las calles del pueblo.

 Menos mal que las gentes, tan amables, nos jaleaban y  os echaban vivas. Pero, ¿qué queréis que os diga? la procesión me pareció un poco sosa al faltarnos la caballería. Las bicicletas de Santi y Jacinto no son tan fashion como los caballos de años anteriores, para qué vamos a engañarnos, mi señor, y no desfilaron, naturalmente. Esperemos que tengamos la caballería operativa  en 2013.

Comimos en la piscinas de Altura a donde fueron a hacernos un reportaje para Canal Nou. Allí  le pregunté a Manuel Selles, nuestro amable enlace en el pueblo, por qué en las bolsitas de información que nos regalaron estaba escrito “AL  TURA”, dándole al nombre del pueblo una connotación árabe. Dijo no saberlo y que hay litigio entre esta versión arabizante y la que él piensa lógica, de que el caserío se levantó, efectivamente en una altura del lugar. En este lugar alto, se venera a la Virgen de Covasanta, patrona de los espeleólogos. Hace unos cincuenta años, se entronizó la imagen dentro de una gruta de más de cien metros de profundidad a través de una estrecha  diaclasa  y la bajó un muchacho que hoy es uno de vuestros adelantados: José Luis Bartolomé. Comprenderéis que una se sienta acomplejada con estos compañeros de viaje, mi señor.

Comimos paella, como es de rigor. Y estaba bien hecha. No como la que ponen en los restaurantes para turistas, que se pasa o no llega.

Cuando subimos al autobús que nos llevó hasta Quintanar de la Sierra donde vuestra Asociación Cidiana tiene su sede, me detuve a pensar cuál fue el momento más hermoso del viaje. Y tengo dos.
Uno ha sido el pequeño homenaje que la mesnada le hizo a doña Araceli, que ha sido la madre del grupo y, como madre, se ha preocupado de atar los cabos para que TODO haya salido perfecto.  Estaba muy emocionada. Bien se lo ha merecido.

Otro fue ver a don Pedro, vuestro alférez, portar el  pendón morado  por Cella, presidiendo el desfile, con la misma unción que si llevara al Santísimo Sacramento.

Es que vos, mi don Rodrigo, continuáis vivo. Y vuestro espíritu luchador contra la injusticia y tolerante hacia otras culturas nos hace mucha falta en estos tiempos.

 Hasta el año que viene, mi señor.
 Mencía la Juglaresa

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